miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Amar? o...¿querer?

Estoy desayunando, la radio es mi compañera de café y la música popular suena sin detenerse; de repente, oigo la voz de José José que canta: "el que ama no puede pensar, toooodo lo da, tooodo lo da. El que quiere pretende olvidar y nunca llorar y nunca llorar...Porque todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar."
Dejo de sorber mi cafecito y me pongo a pensar en las locuras e inconsistencias a las que nos vemos expuestos día tras día, cortesía de las cancioncitas de "amor" que escuchamos sea en la radio, sea en la televisión.
QUERER. En cuanto a los afectos, el querer es bien sabido, es egoísta, autocomplaciente, demandante, manipulador, objetiviza (entiéndase que reduce a la categoría de objeto, personas y relaciones), aprovechado, vampiresco.  Por tanto, en el caso de esta canción en particular, el enunciado "porque todos sabemos querer" devela una verdad, la verdad que quiere ser maquillada, para vendérnosla como contrabando afectivo, que sólo deja dolor e insatisfacción y nos roba la oportunidad de crecer en el amor.
AMAR. Es en el AMAR, que estamos confundidos, perdidos.
Los seres humanos heridos por el pecado, sumidos en el egoísmo y engañados por el seductor del mundo, hemos tergiversado el verdadero sentido del AMOR.  Las voces mundanas proclaman que amar tiene que implicar actitudes masoquistas, auto-descalificativas, co-dependientes, esclavizantes.
El amor es una revolución que conlleva libertad, auto-afirmación, auto-estima, independencia, plenitud, alegría y LOCURA. 
¿Por qué digo que AMAR ES LOCURA?  El verdadero amor, Cristo lo enseñó en su paso por este mundo, Dios Padre nos lo regala a manos llenas diariamente y nos ilumina qué es, por medio de su Palabra.
Para el mundo, este amor es locura, pues implica la dádiva gratuita de sí mismo, no hay demandas, ni exigencias, ni ideas preconcebidas de cómo tiene que ser la relación amorosa; hay aceptación total y gozosa del prójimo, los defectos no sorprenden, ni ofenden, ni duelen, son invitaciones para amar como Cristo me ama. Es dar muerte al egoísmo, matar en mí lo que me aleja de cumplir el mandato del amor.
 En el amor no hay expectativas, hay esperanzas;  en el amor no hay exigencias, hay entrega voluntaria de sí mismo;  en el amor no hay mentiras piadosas, se vive en la verdad y por ello no hay nada que esconder;  el amor verdadero no son "maripositas en el estómago", es opción diaria y gratuita; en el amor no hay manipulación, hay respeto y acompañamiento; en el amor hay crecimiento de las partes, en paralelismo, no hay una absorción del otro, hay respeto y admiración mutuos. En el amor, no dependo del otro para tener plenitud, pues mi plenitud está en Dios Padre, mi prójimo es un compañero de peregrinación.
El mundo quiere que vivamos en el engaño de que el amor de Dios Padre se queda en las manifestaciones piadosas...¡NO! el amor que Dios Padre nos profesa, es aplicable a las relaciones humanas, cualesquiera que éstan sean: conyugales, filiales, fraternales, de trabajo, de amigos.
El AMOR SÍ PIENSA, por ello no se deja confundir por los conceptos distorsionados del mal llamado amor, "amor mundano".
Por último, para tener como referencia y reflexión: Dios Padre es Amor, Jesús es Camino, Verdad y Vida.
Bendiciones y un abrazo.

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